SOBRE EL INFORME
“Informe sobre el estado de las clases obreras argentinas”
En 1904 el abogado catalán Juan Bialet Massé presentaba el “Informe sobre el estado de las clases obreras argentinas”. Encomendada por el presidente de la Nación, Julio Argentino Roca y el ministro del Interior Joaquín V. González el objetivo era sentar las bases para una legislación obrera y para eso se hacía indispensable “conocer las condiciones en que se verifica el trabajo en el interior de la República”.
El 30 de abril, Bialet Massé presenta la primera parte del informe y solicita poder completar el estudio al cual incorporará fotografías de las provincias de Tucumán, Córdoba, San Luis, Mendoza y San Juan. A través de las imágenes del informe podemos visualizar la realidad económico social de la Argentina de la época, plena de potencialidades en cuanto al crecimiento y a su vez cargada de injusticias sociales que agudizan la conflictividad que preocupa a la elite gobernante.
Roca notó el clima de agitación y las consecuencias que podría tener para la sustentación del modelo agroexportador. Al efecto se propuso un plan tendiente a tornar previsible y controlable al movimiento social. Para complementar este objetivo, el gobierno, cuyo ministro del Interior Joaquín V. González, requirió de los servicios de Bialet Massé, para elaborar un informe sobre el estado de la clase obrera en el país, y así contar con un lineamiento argumental que sirviera de fundamento a la Ley Nacional del Trabajo, que habría de ser el elemento mediador en la relación laboral.
Héctor Recalde (2015) señala que curiosamente este proyecto fue rechazado por ambos sectores comprendidos por la ley. Patronales y sindicatos coincidieron en el rechazo aunque, por supuesto, por distintas razones: los empresarios por considerar que implicaba un reconocimiento formal de las instituciones obreras y los trabajadores porque la sujeción a las leyes era contraria a la ideología de la lucha de clases en la que estaban empeñados.